Como no se puede contar el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la descendencia de David, mi siervo, y los levitas que me ministran, en ambos casos sus hijos espirituales, los creyentes de todos los tiempos, porque de ellos se dice con razón que Cristo los hizo reyes y sacerdotes ante Dios y su Padre.

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