Y será para Mí un nombre de gozo, una alabanza y un honor ante todas las naciones de la tierra, la misma Jerusalén, con su congregación de creyentes, convirtiéndose en una ciudad cuya sola mención de cuyo nombre haría que Jehová se regocijara, mientras las naciones de todas partes del mundo la alabarán, las cuales oirán todo el bien que les hago; y temerán y temblarán, con el temor de los pecadores arrepentidos, por toda la bondad y por toda la prosperidad que yo les procure, por causa del poder milagroso de Dios desplegado a favor de los judíos. Así, los hombres en todas partes, al llegar al conocimiento del Dios verdadero, le sirven con temor y se regocijan con temblor, caminando delante de Él y aumentando cada día en santidad.

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