He aquí, yo mandaré, dice el Señor, y los haré volver a esta ciudad, actuando en este caso como siervos del Señor; y la combatirán, la tomarán y la quemarán con fuego; y convertiré las ciudades de Judá en una desolación sin un habitante. El castigo del Señor seguramente encontrará a los transgresores de su santa ley, y los hipócritas en particular son una abominación a sus ojos.

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