Ahora bien, cuando Ebed-melec, el etíope, uno de los eunucos que estaba en la casa del rey, probablemente el oficial principal del harén del rey, oyó que habían puesto a Jeremías en el calabozo, el rey entonces sentado a la puerta de Benjamín, una de las puertas del norte de la ciudad, donde pudo haber estado supervisando algunos trabajos relacionados con la defensa de la ciudad,

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