E Ismael, el hijo de Netanías, cuyos exploradores sin duda le habían informado de su llegada, salió de Mizpa para recibirlos, llorando todo el tiempo mientras avanzaba, fingiendo llorar, como ellos, por las ruinas del templo; y sucedió que, al recibirlos, les dijo: Venid a Gedalías, hijo de Ahicam, asumiendo así el papel de mensajero del gobernador.

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