Por tanto, he aquí vienen días, dice Jehová, en que haré que se oiga una alarma de guerra en Rabá de los amonitas, su capital; y será un montón desolado, literalmente, "una colina de desolación", un montón de ruinas; y sus hijas, sus suburbios, las ciudades y pueblos más pequeños dentro de su esfera de influencia, serán quemados con fuego; Entonces Israel será heredero de los que fueron sus herederos, dice el Señor, una vez más estará en condiciones de ocupar la tierra que los amonitas habían obtenido por medios injustos. Debido a esta desgracia, llorar y lamentarse estaría en orden en la tierra de los amonitas.

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