He aquí, Dios es grande, exaltado por encima de toda contemplación humana, y no lo conocemos, no podemos comprender su majestad, ni siquiera en las obras de su creación, ni se puede buscar el número de sus años, la eternidad de Dios es incomprensible para hombre mortal y, por tanto, también Su grandeza y sabiduría.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad