He aquí, Dios es poderoso y no desprecia a nadie, a pesar de su grandeza y exaltación, no desdeña tomar el debido interés incluso en la más humilde de sus criaturas; Él es poderoso en fuerza y ​​sabiduría, en el vigor de Su entendimiento, que le permite encontrar los motivos de los corazones de todos los hombres y hace que gobierne todo con la más alta sabiduría.

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