y la tomaron, y la hirieron a filo de espada, y al rey de ella, el sucesor del que había sido ejecutado en Maceda, y todas sus ciudades, los arrabales tributarios y todas las personas que estaban en ella; no dejó ninguno, según todo lo que le había hecho a Eglon; pero la destruyó por completo y todas las almas que estaban en ella.

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