Porque Jehová ha puesto el Jordán por límite entre nosotros y vosotros, hijos de Rubén e hijos de Gad; no tenéis parte en el Señor; así tus hijos harán que nuestros hijos dejen de temer al Señor. De modo que fue su ansiedad por sus hijos y por la posible exclusión de estos últimos de la adoración de Jehová, el Dios verdadero, lo que había impulsado a las dos tribus y media a erigir el gran altar en la orilla del Jordán.

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