pero para que sea un testimonio entre nosotros y usted y nuestras generaciones después de nosotros, para que podamos servir al Señor delante de Él, tener el derecho de aparecer en el Tabernáculo y adorar a Jehová, con nuestros holocaustos y con nuestros sacrificios y con nuestras ofrendas de paz; para que sus hijos no digan a nuestros hijos en el futuro: No tenéis parte en el Señor.

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