Y subió al campo montañoso donde estaba la casa de sus padres, y se lo contó a su padre ya su madre, y dijo: He visto una mujer en Timnat de las hijas de los filisteos; ahora, por tanto, tráemela por esposa. El acto de dar hijos en matrimonio es claramente una prerrogativa de los padres según la clara doctrina de la Palabra de Dios. Un joven puede manifestar su preferencia y, en la mayoría de los casos, urgir su demanda con éxito, pero primero con sus propios padres, ya que a menos que se presente con su bendición, o al menos con su consentimiento expreso, el asunto serio de tomar una esposa puede resultará desastroso para él.

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