Y cuando Dalila vio, a juzgar por toda su actitud, que él le había dicho todo su corazón, envió y llamó a los príncipes de los filisteos, quienes evidentemente habían dudado de los resultados, diciendo: Sube esta vez, porque él ha me mostró todo su corazón. Entonces los señores de los filisteos se acercaron a ella y le trajeron dinero en la mano, porque indudablemente Dalila no habría seguido adelante con la traición de su amante a menos que hubiera tenido la certeza definitiva de que recibiría el dinero que codiciaba.

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