Y ellos, también tan débiles en sus convicciones religiosas y en sus conocimientos, que no hallaron falta en el hombre por su acción, le dijeron: Pídele consejo, te lo rogamos, a Dios, para que sepamos si el camino por el que vamos será correcto. próspero; el oráculo del levita debía darles información sobre el probable éxito de su empresa.

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