Y Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, estuvo delante de ella en aquellos días, por lo que estos eventos sucedieron no mucho después de la muerte de Josué,) diciendo: ¿Saldré otra vez a la batalla contra los hijos de Benjamín, mi hermano, ¿o debo cesar? Y el Señor, cuyo objetivo de enseñar a los israelitas el arrepentimiento y la humildad había sido alcanzado, dijo: Sube; porque mañana los entregaré en tu mano.

No se trataba de un mero permiso, sino de una orden definida, con una promesa adjunta. Los castigos, como los que el Señor impuso sobre Israel en este caso, siempre son beneficiosos para Sus hijos, porque les hacen darse cuenta de su absoluta dependencia de Dios y les recuerdan sus muchos lapsus en la fidelidad y obediencia a Jehová.

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