Oh, habitante de Laquis, ciudad fortificada en la llanura hacia el sudoeste, ata el carro a la bestia veloz, a los caballos más veloces, es decir, para escapar del castigo inminente; ella es el principio del pecado para la hija de Sion, porque las transgresiones de Israel se hallaron en ti, fue la primera ciudad de Judá en introducir la adoración de ídolos del reino del norte.

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