También hubo quienes dijeron: Hemos pedido dinero prestado para el tributo del rey, los impuestos que les impone el gobierno persa, y eso sobre nuestras tierras y viñedos. Fue una situación de lo más deplorable la que obligó a estos miembros más pobres de la congregación a hipotecar a sus hijos y todas sus propiedades con el fin de conseguir alimentos y los fondos necesarios para pagar sus impuestos al gobierno persa.

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