Entonces consulté conmigo mismo, ya que su corazón estaba lleno de compasión por sus hermanos oprimidos, y reprendí a los nobles y a los gobernantes, siendo estos los culpables en este caso, y les dije: Ustedes exigen usura, tanto al hacer promesas como a en cobrar intereses, cada uno de sus hermanos. Y puse una gran asamblea contra ellos, convocando una asamblea masiva a pesar de la urgente necesidad de construir un muro, para que la indignación se detuviera inmediatamente por la expresión de la opinión de toda la congregación.

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