Y dirás al pueblo: Santificaos para mañana, y comeréis carne; se saciarán sus anhelos; porque habéis llorado a oídos del Señor, diciendo: ¿Quién nos dará a comer carne? Porque nos fue bien en Egipto; por tanto, el Señor les dará carne y comerán. Fue un mandato más que una concesión, como aquí se hace.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad