Y el Señor descendió en una nube y le habló, la nube, que normalmente se detuvo sobre la tienda, se hundió hasta su puerta, y Jehová se dirigió a Su siervo, y tomó del Espíritu que estaba sobre él y se lo dio al Señor. setenta ancianos, los llenó de la misma sabiduría y entendimiento que caracterizaron a Moisés, aunque no en el mismo grado. Y sucedió que, cuando el Espíritu reposó sobre ellos, profetizaron y no cesaron; por una vez se llenaron de un éxtasis peculiar producido por el Espíritu Santo, que les hizo pronunciar mensajes inspirados.

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