Y todos los hijos de Israel murmuraron contra Moisés y Aarón, con una nota amenazante; y toda la congregación les dijo: ¡Ojalá hubiéramos muerto en la tierra de Egipto! ¡O sería Dios que hubiéramos muerto en este desierto! Su lamento fue: ¡Si tan solo hubiéramos muerto antes de emprender este viaje tonto, o si al menos hubiéramos muerto antes de que las cosas hubieran llegado a esta etapa!

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