Según la suerte, su posesión se repartirá entre muchos y pocos. Así se determinó la situación relativa de la herencia de cada tribu en Canaán y, al mismo tiempo, se eliminó todo motivo de disputa.

No obstante, la tierra se dividirá por sorteo, no sólo para evitar toda insatisfacción y queja, sino también para hacer que cada tribu acepte el territorio que le fue asignado como un don de Dios, porque así se consideró generalmente el resultado de la suerte; según los nombres de las tribus de sus padres heredarán.

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