Y Moisés contó a los hijos de Israel conforme a todo lo que el Señor había mandado a Moisés. Aunque las fiestas del Nuevo Testamento no se celebran por mandato expreso de Dios, le agrada, no obstante, que reservemos días para asambleas solemnes, para ensalzar las grandes obras de Dios y alabar su sabiduría y misericordia.

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