Pero si su marido los anula por completo, los frustra, los deja sin efecto, el día en que los escuchó, es decir, al negarse a sancionarlos, entonces todo lo que salió de sus labios con respecto a sus votos o al vínculo de su alma, no importa qué promesa haya sido, no se mantendrá; su marido los anuló; y el Señor la perdonará.

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