Todos los días de su separación no comerá nada que esté hecho de la vid, desde los granos hasta la cáscara, siendo absoluta la prohibición con referencia a alimentos o bebidas hechos de uvas, en lo que respecta a los placeres sensuales con los que el Nazareo no tenía nada que hacer; debía estar lo más alejado posible del espíritu de la embriaguez.

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