Efraín se alimenta del viento, luchando por cosas vanas y vacías, y sigue al viento del este, un viento caliente que viene del desierto de Arabia, que quema todo con lo que entra en contacto; cada día aumenta la mentira y la desolación, la infidelidad y la violencia, por lo que la nación fue minada en moral y estabilidad; y hacen un pacto con los asirios, una de las potencias mundiales contra quienes los profetas habían advertido, y se lleva aceite a Egipto, siendo el aceite de oliva un regalo con el que esperaban comprar la alianza del vecino del sur.

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