v. 14. Un hombre se saciará de bien por el fruto de su boca, su propio discurso sabio, benévolo y caritativo resulta en bendiciones para él; y la recompensa de las manos de un hombre, lo que merece por sus obras, le será otorgada, y la justicia de Dios se mostrará tanto en recompensas como en actos de castigo.

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