v. 22. ¿No yerran los que traman el mal, los que se extravían neciamente y traen desgracia sobre sí mismos ? Pero la misericordia y la verdad, a favor de Dios y el cumplimiento de todas sus promesas de amor, serán para los que conciban el bien, siempre planificando cómo ayudar a los necesitados.

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