No te apresures a luchar, apresurándote a la menor provocación con intención pendenciera, no sea que no sepas qué hacer al final de la misma, cuando tu prójimo te ha avergonzado, porque es fácil iniciar una pelea, pero es terrible. las consecuencias son a menudo pasadas de estimación.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad