El rey por juicio, al mantener la causa de la rectitud y la justicia, establece la tierra, de modo que esté en buenas condiciones, de modo que la seguridad y la prosperidad estén aseguradas a todos sus ciudadanos; pero el que recibe regalos, es influenciado en su administración por los sobornos que se le ofrecen, la derroca, porque de tal manera el buen gobierno está condenado a pervertirse.

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