Déjelo beber y olvidarse de su pobreza, el efecto del ser intoxicante para darle una visión más brillante de la vida, y no recordar más su miseria. No se aboga aquí por la intemperancia, sino por un uso moderado y adecuado del vino y las bebidas alcohólicas como dones de Dios, mientras que se recomienda la abstinencia total a quienes ocupan posiciones de autoridad y poder.

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