Que maldigan, en un vano intento de traer maldad sobre el siervo del Señor, pero que te bendiga, ya que la bendición de Dios más que compensa cualquier maldición de parte de los hombres; cuando se levanten para llevar a cabo sus malos designios, sean avergonzados; pero que tu Siervo se regocije, sabiendo que el fin de Su sufrimiento está cerca.

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