Las riquezas y las riquezas, todo lo necesario para una vida larga y feliz, estarán en su casa, incluso si el lucro sucio no se amontona en montones; y su justicia permanece para siempre, toda su conducta está siempre de acuerdo con los requisitos divinos, porque ha aceptado, por fe, la justicia que le fue imputada en virtud de la obra del Mesías.

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