Levántate para nuestra ayuda y redímenos por tu misericordia, la apelación, no a la justicia, sino a la misericordia de Dios por el bien del Redentor, es el único argumento que seguramente dejará huella en el Señor. Tal es la cualidad atrevida de la fe, que gana victorias para cada cristiano y para toda la Iglesia cristiana.

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