Pero a ti he clamado, oh Señor, sacudiéndome deliberadamente los pensamientos de desesperación que amenazaban con abrumar su confianza en Jehová; y por la mañana mi oración te impedirá, saliendo al encuentro del Señor, para interceptarlo, antes de que Él pueda pensar en hacer cualquier otra cosa.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad