Dije: Ciertamente me temerás, destacando la bondad y la ternura de la advertencia; recibirás instrucción, si tan sólo permitieras que te enseñaran. Por tanto, su morada no debería ser cortada, independientemente de cómo los castigara, o "de acuerdo con todo lo que les había señalado"; es decir, Jehová esperaba tener todavía misericordia de ellos, para no tener que enviar el castigo amenazado; pero se levantaron temprano, celosos de sus malas obras, y corrompieron todas sus acciones, estaban ansiosos por acelerar sus acciones pervertidas, sus hechos infames. Así, muchas personas impías se niegan a escuchar el llamado del Señor al arrepentimiento y deliberadamente se sumergen aún más profundamente en transgresiones de todo tipo.

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