Aquí continúa la historia; se emociona con el entusiasmo de las multitudes mientras marchaban bajo el estandarte del nuevo rey. Sobre la lista de nombres se encienden destellos de ciertas declaraciones destacadas que les conciernen. En el versículo dos declara que estos hombres "podían usar tanto la mano derecha como la izquierda". Esto habla del cuidadoso entrenamiento que habían recibido. Un poco más tarde tenemos una descripción poética y notable de las compañías reunidas alrededor de David (versículo 1Cr 12: 8).

Eran "valientes hombres de valor ... entrenados para la guerra". Esto sugiere una fuerza disciplinada. Eran hombres que podían usar escudo y lanza, es decir, que podían actuar tanto a la defensiva como a la ofensiva. Sus rostros eran como leones; se habían convertido en una raza real. Eran "tan veloces como los corzos de las montañas", lo que describe su perfecta idoneidad. Además, eran hombres de distintas capacidades, todos consagrados a David. Entre los hijos de Isacar había hombres que entendían los tiempos. Entre los hijos de Zabulón había hombres capaces en el arte de la guerra e incapaces de traicionar.

Todos estos estaban unidos por una devoción común. Así, el nuevo rey entró en su reino en las circunstancias más favorables.

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