En este capítulo tenemos las genealogías de seis de las tribus, y nuevamente el sesgo del cronista es evidente en su tratamiento. Las tribus más directamente asociadas con Judá reciben un trato más completo que otras. Al referirse a Isacar, Benjamín y Aser, se dan tanto las genealogías como el número de guerreros. Estos números se refieren a la época de David, alrededor de cuyo reinado se centra todo el interés del Libro.

De los hijos de Isacar se dice que eran valientes y valientes, y entre ellos estaban los principales de la nación. Lo mismo se dice de los hijos de Aser, que eran hombres escogidos y valientes, valientes y destacados entre los príncipes. Neftalí se despide en un verso. En cuanto a Manasés, se dan algunos nombres y se enumeran las posesiones. Los descendientes de los tres hijos de Benjamín se declaran valientes y valientes, mientras que Efraín se distingue principalmente por el nombre de Josué, que aparece en el transcurso del registro.

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