Como la fiesta de la Pascua significaba la liberación de la muerte por la obediencia, y la aspersión de sangre significaba la redención a través de la muerte, la fiesta de los Panes sin Levadura se estableció en conexión con ella. Este iba a ser un recordatorio perpetuo de la necesidad de abstenerse de todo aquello que cause desintegración en la vida nacional. El pueblo elegido debía ser liberado de la esclavitud y sometido a la ley de su único Rey.

Es significativo que en relación con estas fiestas tengamos una declaración distinta del verdadero propósito para establecerlas, a saber, la instrucción de los niños. Esto arroja luz sobre el verdadero valor del simbolismo. Siempre tiene la intención de despertar el interés en la mente de los jóvenes para que, fieles a sus instintos, puedan pedir información, que debe ser proporcionada por sus mayores.

La nación liberada y consagrada es vista a la vez como bajo el gobierno directo y la guía de Dios. "Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca". "Pero Dios condujo al pueblo". Las verdades esenciales reveladas aquí son que Él guía y que hay un significado y propósito en toda esa guía. El viaje más largo fue el resultado de Su paciente deseo de que la guerra no los desanimara al principio.

Es muy llamativo que, en conexión con estos movimientos, la historia se vincule de nuevo con la del Génesis. José había muerto en la fe de que llegaría una hora como ésta. Señaló su fe por mandamiento acerca de sus huesos. Luego, el pueblo que salió de Egipto bajo la dirección divina llevó consigo esos huesos. Todavía estaban muy lejos de la posibilidad de una fe simple y necesitaban señales. Por eso Dios les dio la visión de la columna de nube de día y la columna de fuego de noche.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad