El mensaje final sobre la nación trataba sobre asuntos muy alejados de los tiempos del profeta. En la penumbra vio a Gog de la tierra de Magog, príncipe de Rosh, Mesec y Tubal, reuniéndose contra Israel. Sin embargo, los vio reunirse bajo la compulsión divina para esta misma manifestación de antagonismo, el mensaje de Jehová declarando claramente: "Te daré vueltas, pondré garfios en tus mandíbulas y te daré a luz". Este último antagonismo consistiría en una confederación de Magog y otras naciones de los confines de la tierra. Su llegada sería terrible, como una tormenta.

Cuando el profeta miró hacia el futuro, vio que la profecía de Zacarías se cumplía en el caso de Jerusalén, porque ella habitaba segura y sin muros, y era una ciudad de aldeas. Contra este pueblo que vive en condiciones seguras se movería con malicia una vasta confederación. El profeta luego mostró que su venida aparentemente contra Israel sería realmente un acto definitivo y positivo de rebelión contra Jehová. Por lo tanto, Su ira procedería contra ellos con el resultado tan constantemente mencionado, que Jehová se engrandecería y santificaría, y se daría a conocer a los ojos de muchas naciones.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad