El viaje desde el lugar del exilio hasta la ciudad y el templo de Jehová ha comenzado. El corazón de la canción está en las palabras:

Nuestra alma se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores.

La fuga da una sensación de los peligros que quedan atrás y, por lo tanto, una profunda apreciación del hecho de que Jehová ha estado actuando como Libertador:

¡Si no hubiera sido el Señor!

Qué tono de alegría hay en ese suspiro. A menudo hablamos de un suspiro de alivio, y aquí hay uno. El trueno de la amenazante inundación se escucha detrás. Fue una fuerte marea contra la que estos peregrinos no podrían haber tenido fuerzas. Si Jehová no hubiera ayudado, ¡cuán grande habría sido la calamidad! Pero Él ha ayudado, y el suspiro que tiembla con la conciencia de los peligros pasados ​​se funde en la alegre canción:

Bendito sea el SEÑOR.

Esta primera experiencia de escape es siempre una delicia. Todavía se extiende ante el peregrino un largo camino, y habrá mucha búsqueda de corazón antes de que se gane el descanso final; pero "la trampa se rompe y nosotros escapamos" es una canción llena de éxtasis, que prepara el kart para todos los que lo esperan en el camino.

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