Salmo 85:1-13

1 Al músico principal. Para los hijos de Coré. Salmo. Oh SEÑOR, has sido propicio a tu tierra, has restaurado a Jacob de la cautividad.

2 Has perdonado la iniquidad de tu pueblo; has cubierto todos sus pecados. Selah

3 Has dejado todo tu enojo; has desistido del ardor de tu ira.

4 Restáuranos, oh Dios de nuestra salvación; haz cesar tu ira contra nosotros.

5 ¿Estarás airado con nosotros para siempre? ¿Extenderás tu ira de generación en generación?

6 ¿No volverás a darnos vida de modo que tu pueblo se alegre en ti?

7 Muéstranos, oh SEÑOR, tu misericordia y concédenos tu salvación.

8 Escucharé lo que hable el SEÑOR Dios; pues él hablará paz a su pueblo y a sus fieles para que no se vuelvan a la locura.

9 Ciertamente cercana está su salvación para los que le temen, para que habite la gloria en nuestra tierra.

10 La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron.

11 La verdad brotará de la tierra, y la justicia mirará desde los cielos.

12 Asimismo, el SEÑOR dará el bien, y nuestra tierra dará su fruto.

13 La justicia irá delante de él y hará de sus pasos un camino.

Este salmo habría sido escrito en un día en que se había realizado alguna liberación divina para el pueblo de Dios. Sin embargo, el cantor es consciente de que en el corazón del pueblo subsisten disposiciones que no están en armonía con la voluntad de Dios; y por lo tanto, permanece con ellos una muerte y una falta de alegría. Y aún más, confía en que Dios, Jehová, tenía los mejores y más elevados propósitos para los suyos; y además, que cumplirá estos propósitos.

Estos tres asuntos son evidentes en el movimiento triple de acción de gracias ofrecida (vv. Sal 85: 1-3), de petición presentada (vv. Sal 85: 4-7), y de confianza afirmada (vv. Sal 85: 8- 13). En la acción de gracias se recuerda la relación entre el cautiverio y el pecado, y se declara el fin del primero por el abandono del segundo. Sin embargo, la imperfección de su lealtad genera la larga disciplina del dolor y la vergüenza, y la oración es que Dios vuelva a la gente hacia Él.

Y esta es sin duda Su voluntad, porque cuando hace una pausa para escuchar lo que dirá Jehová, escucha palabras tiernas y llenas de gracia que hablan de la salvación, primero en el ámbito espiritual y luego en el material. En este salmo que respira el espíritu de la tierna compasión de Dios, el nombre de Jehová es el predominante.

Continúa después de la publicidad