"Por esta razón, el rey Darío firmó el escrito y el interdicto".

Cedió a la presión de sus asesores y firmó el decreto a corto plazo, preparado por otros, probablemente sin leerlo con demasiada atención. Quizás por eso su gobierno no duró mucho. Se le consideraba demasiado dócil, se engañaba con demasiada facilidad y estaba demasiado dispuesto a firmar decretos por motivos personales. Luego, el decreto se proclamaría ante el pueblo.

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