Por tanto, profetiza contra ellos, profetiza, hijo de hombre.

Ezequiel ha de alzar la voz contra estas presuntuosas ideas porque eran la evidencia de una complacencia no justificada por los hechos. Judá e Israel todavía no estaban arrepentidos de su pecado, y hasta que lo estuvieran no podría haber restauración. Tenga en cuenta que el mandato de profetizar se da dos veces para enfatizarlo. Hay necesidad de sus palabras.

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