Por tanto, así dice el Señor Jehová: "Vivo yo, que ciertamente mi juramento que ha despreciado, y mi pacto que ha quebrantado, haré caer sobre su propia cabeza".

Detrás de todo lo que se ha dicho, sin embargo, está el hecho de que Sedequías y Judá no solo habían roto la fe con Nabucodonosor, sino que habían roto la fe con Yahweh. Lo que le habían hecho a Nabucodonosor, ya lo habían hecho a Yahvé. Constantemente habían roto su solemne juramento y pacto con Yahweh hecho en Sinaí y renovado regularmente. La idea también es probablemente porque Yahweh los había comprometido a mantener la fe con su juramento y el tratado con Nabucodonosor que se había convertido en parte de ese pacto. Al final, fue por rebelión y desobediencia a Yahvé que les sucedieron estas cosas.

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