"He aquí, por tanto, he herido mi mano por la ganancia deshonesta que has hecho, y por tu sangre que ha estado en medio de ti".

Lo que ha sucedido en Jerusalén ha hecho que Dios 'golpee su mano', con ira y determinación de hacer algo. Se destacan dos pecados, el de los negocios deshonestos y especialmente el de tratar deshonestamente a los pobres e indefensos, y el de homicidio por diversos medios. tanto violento como judicial.

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