Así dice el Señor Jehová: “Si el príncipe da un regalo a alguno de sus hijos, es su herencia. Pertenecerá a sus hijos. Es su posesión por herencia ".

La porción es un regalo de Dios para el príncipe y sus sucesores y es suya permanentemente. Si pasa algo a sus hijos, es de ellos permanentemente. Es su herencia permanente y la de ellos.

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