Pero Peter estaba parado afuera en la puerta. Entonces el otro discípulo fue y habló con la mujer que custodiaba la puerta, y trajo a Pedro.

Las reminiscencias son claras y naturales, sugiriendo alguien que estuvo allí. Realmente no hay razón para dudar de ellos. Este discípulo había seguido de cerca con valentía al grupo que sostenía a Jesús, junto con Pedro, y no había tenido dificultad para entrar porque era conocido. Pero luego se dio cuenta de que Peter se había quedado atrás y se dio cuenta de por qué. Le habían negado la entrada. Así que regresó y obtuvo entrada para él respondiendo por él. Después de todo, era una residencia privada.

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