Y respondiendo algunos de los escribas, dijeron: "Maestro, bien has dicho".

Luego, algunos de los escribas, casi con certeza fariseos, que habían estado buscando ese argumento en la Ley de Moisés durante mucho tiempo, expresaron su admiración por el argumento de Jesús. Mover a tales hombres, que se encontraban entre sus oponentes, demostró ciertamente su superioridad.

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