Salmo 3:1-8

1 Salmo de David compuesto cuando huía de su hijo Absalón. ¡Oh SEÑOR, cuánto se han multiplicado mis enemigos! Muchos son los que se levantan contra mí.

2 Muchos dicen acerca de mí: “¡Dios no lo librará!”. Selah

3 Pero tú, oh SEÑOR, eres escudo alrededor de mí; eres mi gloria y el que levanta mi cabeza. 4 Con mi voz clamé al SEÑOR, y él me respondió desde su santo monte. Selah

4

5 Yo me acosté y dormí. Desperté, porque el SEÑOR me sostuvo.

6 No temeré a las decenas de millares del pueblo que han puesto sitio contra mí.

7 ¡Levántate, oh SEÑOR! ¡Sálvame, Dios mío! Porque a todos mis enemigos has golpeado en la mejilla, y has quebrantado los dientes de los impíos.

8 Del SEÑOR viene la salvación. ¡Sobre tu pueblo sea tu bendición! Selah

III. Un himno matutino de triunfo y paz. Es un rey o líder de partido quien habla, pero no podemos decir quién era o cuándo escribió. La conjetura en el título no tiene ningún valor excepto como un caso extremo de falla por parte de los editores para entender el Ps. ante ellos y el verdadero carácter de David su héroe. No hay rastro del patetismo natural en tal situación (contraste con 2 Samuel 18).

Ninguna ternura se mezcla con el pensamiento de la victoria. El salmista estaba muy acosado. Lloró al Dios que vivía en el Templo. Se ganó la victoria. El salmista duerme en paz y se despierta lleno de confianza ahora que sus enemigos han sufrido una aplastante derrota.

Salmo 3:6d. Traduce personas, no personas.

Salmo 3:7a, Yahweh ya lo ha salvado.

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